lunes, 16 de marzo de 2015

Goleada de River a Peñarol 4 - 2


Goleada de River a Peñarol 4 - 2
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River 4 - 2 Peñarol

River le ganó a Peñarol por 4 a 2 de manera ampliamente merecida. Los de Almada mostraron un show futbolístico, en el primer tiempo especialmente, y volvieron a demostrar que los proyectos, algunas veces, pueden más que los dólares.

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El darsenero fue una aplanadora que le ganó como y cuando quiso al Peñarol de Alonso, que sigue de capa caída. El elenco visitante fue muy superior futbolísticamente y, si no hubiera perdido precisión en el complemento, pudo haber terminado logrando una goleada histórica en la tarde del Estadio Centenario.

De movida River fue más; no le importó que el juez le haya dejado pegar dos patadas fuertes a Novick y a Macaluso sin pagar el hecho con una amarilla; no le bajoneó que a Taborda le anulen de manera polémica un gol cuando el encuentro recién empezaba; salió decidido a ponerse el partido al hombro, lo que mejor sabe hacer, y fue demasiado para un Peñarol desnorteado con una defensa que hizo agua por todos lados.

Por eso fue merecido cuando a los 16, luego de un largo pelotazo de Frascarelli, Techera aprovechó que se resbaló Sandoval, le ganó la posición a Macaluso y definió notablemente contra la izquierda de Castillo desde la entrada al área. Golazo del mejor hombre de la tarde, que volvió loco al lateral derecho carbonero primero y, conforme pasaban los minutos, a todo aquel que quiso sacarle la pelota.

Siempre mejor, River siguió dominando las acciones ante un Peñarol sin marca en la mitad del terreno, con poca profundidad y unos delanteros confundidos con la pelota. Sobre los 38, Techera armó otra jugada divina y centró para Leandro Rodríguez, quien de cabeza le cambió el trayecto a la pelota para agarrar a contrapié a Castillo y sellar el 2 a 0.

Pero River no era infranqueable atrás y eso lo aprovechó el manya: primero, Pacheco tuvo un mano a mano que tapó Frascarelli; enseguida, Zalayeta le bajó el balón en el área al Japo Rodríguez, otra vez de mal partido, quién definió sin marca contra el ángulo del arquero visitante. El manya parecía estar en partido. No fue así.

Porque dos minutos después, bajaron al Bicho Techera en el borde del área, algo tirado contra la Olímpica y Hamilton Pereira sacó un fierrazo contra el palo que defendía Castillo, quien otra vez tuvo poco para hacer. En la última del primer tiempo River, que había recibido un gol psicológico, hizo uno que dolió dos veces más.

El complemento mostró a otro Peñarol y a otro River; el primero mejoró levemente y fue capaz de trasladar el desarrollo del juego al campo rival; el segundo, perdió precisión y debió defenderse más, cosa que hizo realmente bien, ayudado por el mal trabajo de Zalayeta, Estoyanoff, Pacheco y el recientemente ingresado Núñez.

Con Aguiar en cancha y sin Novick, enseguida se fue expulsado Píriz por lo que Peñarol quedó partido: los cuatro defensor, el Loco en el centro del terreno, metiendo muy buenas bochas, y los cuatro delanteros adelante. El carbonero generó una serie de situaciones hasta el minuto 20, cuando se apagó y volvió a perder el control.

Cuando todo hacía suponer que River iba a terminar muy tranquilo el match, Viera le ganó a todos en el área y de cabeza puso el 2 a 3. Pero como habíamos dicho, los de Almada lo ganaron como quisieron: un minuto después, el debutante Casas, con un gesto técnico notable, definió el 4 a 2 final.

River, único uruguayo vivo en la Sudamericana, volvió a dejar tranquilo a sus hinchas: perdió jugadores fundamentales, pero Almada parece tener siempre la solución para todo. Peñarol, en cambio, necesita ser más el del segundo tiempo y Alonso debería comprender que llenar un equipo de delanteros no siempre es sinónimo de generar situaciones de gol.
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